lunes, 6 de octubre de 2008

Compañeros de camino

La calle ahora callada permite oír los lamentos de aquellos a los que la vida no trata como ellos desearían, la noche abraza los suspiros, introduciéndolos cada vez más y más en los maltrechos corazones de aquellos que lloran por lo perdido, por lo amado y nunca obtenido, por lo amado y ni siquiera soñado.

Yo a veces intento, muy callado escuchar lo que dicen los lamentos, presto atención para aprender, para aprender de aquellos que todo lo perdieron, de aquellos que nunca ganaron. De los que nunca aprenderé es de los queno llegaron a soñar, de aquellos que dieron todo por perdido antes de empezar.

Mientras yo, sentado en el suelo de mi aparente celda dibujo sobre el cielo, otro mundo, otra realidad, marco en las paredes sueños cosidos con la realidad que le otorga mi corazón, y con la misma que le niega mi razón.
Así es mi día, hago y deshago. Compañeros, dirán que estoy loco, pero he aquí mi sueño, que aunque cosa y descosa, mi prenda sigue, no la verán pues siempre deshago menos de lo que hago pero en una cantidad ínfima para mantener a mi razón callada y a mi corazón contento.

Cierto es que ahora me invade la melancolía pero incluso en los más oscuros momentos, uno debe de observar la fortuna que le acompaña, uno quizás al final del día debe conformarse con lo que ha conseguido para que por la noche se renueven los sueños, para que por la mañana se siga con hambre, con hambre de crear ilusiones, con ganas de pintar nuestra aparente celda, de transformarla en una habitación de la que podamos salir,
en la que no encasillarnos y destrozar nuestra vida, nuestro sueño. Pintemos de paisajes, pintemos de sentimientos nuestra vida y dejemos lejos los viejos dictadores de la razón.

Aunque ya es de noche,y triste me dispongo a llorar... Hoy me debo a mis compañeros de camino, a mis compañeros de fatiga, a aquellos que todo lo perdieron, a aquellos que nunca ganaron.

No hay comentarios: